Antepara

Antepara. Un término que quizá pocas veces hayamos escuchado. Y es que se trata de un elemento exclusivo de las ferrerías. Una especie de depósito elevado que se apoyaba sobre gruesos muros y donde se embalsaba el agua que el canal dirigía desde el río. Pero no se trataba de un simple contenedor. Su función era mucho más compleja. Desde esta antepara saltaba el agua que ponía en movimiento las ruedas de la maquinaria. El ferrón, desde el interior del taller, regulaba la apertura del tapón del depósito, permitiendo que mayor o menor cantidad de agua se precipitara sobre las palas de las ruedas. A cada rueda le correspondía un salto de agua y dependiendo del número de éstas la antepara tomaba unas dimensiones u otras. La altura poco solía variar entre las diferentes ferrerías. Lamentablemente, en Gipuzkoa no se ha conservado ninguna antepara de madera, pero la documentación y algunos registros arqueológicos han permitido identificar un reducido número de testimonios representativos.

Antepara (ferrería Altuna, Azpeitia)

Bajo la antepara, y entre los dos muros, se situaban las ruedas sobre las que se precipitaba el agua. Al accionarse éstas, el movimiento se transmitía al interior del taller a través de unos ejes que los comunicaban con la maquinaria.

Antepara (ferrería Arrabiola, Segura) Rekondo Arcos y Molino



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