Tipos

Algunas fábricas se especializaron el la primera parte del trabajo del hierro. Contaban con fuelles y horno que les permitían reducir el mineral de hierro. Obtenían una masa pastosa en forma de bola incandescente que, dependiendo de la cantidad de carbono que contenía, podía ser de hierro dulce o de acero. Una vez extraída del horno, se colocaba sobre el yunque para que los golpes del mazo lo compactaran convirtiéndolo en tochos. En su mayoría, las ferrerías de Gipuzkoa estaban preparadas para obtener hierro dulce. Cuando se quería producir acero, era necesario cambiar el tipo de horno. La maquinaria empleada en la reducción y forja del hierro requería de grandes edificios, conocidos como ferrerías mayores. Los términos masuquera o zearrola, este último a partir del siglo XVIII, son también utilizados para hacer referencia a este tipo de fábricas.

Existían también ferrerías menores. Su papel: reducir y adelgazar los tochos producidos en las fábricas mayores para convertirlos en barras o productos de hierro semielaborados. Además del martillo de forja, contaban con fuelles y un horno que alcanzaba como mínimo 700ºC, permitiendo poner al rojo los tochos y hacerlos más maleables. Estas instalaciones, llamadas también tiraderas o martinete, eran de dimensiones más reducidas.

Algunas peculiaridades ampliaban el abanico de posibilidades. Las arrabiolas, por ejemplo, eran las que producían exclusivamente acero; las fanderías, las que reducían el tocho a plancha para luego cortarlo en barras o gabillas; la agorrola, la que se cerraba en verano y el olatxo, el que utilizaba una sola rueda para reducir y tirar.



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