Definición y breve historia

 

DEFINICIÓN:

La dendrocronología (del griego dendros, árbol, y cronos, tiempo) es, en sentido amplio, la ciencia que data los anillos anuales de crecimiento de los árboles. Dicho de otra forma, es el conjunto de métodos que tienen como objetivo la identificación de los anillos de crecimiento anual en los árboles y la asignación de cada uno de ellos, de forma precisa e inequívoca, a un año concreto en un calendario absoluto, en el que el último año es el presente.

La dendrocronología se basa en el principio de que los anillos de los árboles formados bajo condiciones semejantes (en la misma estación y en lugares cercanos) han de mostrar rasgos comunes. Por tanto, se ha de observar entre tales árboles una sincronía en los anillos formados a lo largo de su vida.

Además de la dendroarqueología, o datación de maderas históricas o subfósiles, la Dendrocronología puede dividirse en varios subcampos, algunos de los cuales se centran en aplicaciones a cuestiones de medio ambiente y clima, como pueden ser la dendroecología o la dendroclimatología.

BREVE HISTORIA:

 

Aunque ya los clásicos y algunos autores del Renacimiento habían advertido que cada anillo de crecimiento de árbol correspondía a un año del calendario, el desarrollo de la Dendrocronología y los métodos dendrocronológicos, tal y como hoy los conocemos, deben atribuirse al astrónomo norteamericano A.E. Douglass, quien, en las primeras décadas de este siglo en el Sur de EE.UU., mientras buscaba la forma de conseguir registros climáticos que le permitieran estudiar la relación entre las manchas solares y el clima de la tierra a lo largo del tiempo, observó cómo las variaciones climáticas influían en la anchura de los anillos de los árboles.

 

Durante sus viajes por los bosques del Norte de Arizona comenzó a desarrollar una hipótesis según la cual, en esta región semiárida el crecimiento de los árboles estaría principalmente determinado por la disponibilidad de agua, quedando en muy segundo plano otros factores como la luz o la competencia entre individuos, con lo que los años secos deberían quedar registrados como anillos estrechos.

 

En 1914, Douglass había conseguido construir una cronología de casi quinientos años a partir del anillo de Pinus ponderosa, llegando a demostrar, mediante los registros climáticos disponibles, que la anchura de los anillos estaba directamente relacionada con la precipitación del invierno anterior.

 

En cuanto a Europa, las aplicaciones de la Dendrocronología no comienzan, de forma seria y continuada hasta la década de los años 30. El método desarrollado por Douglass comienza a utilizarse en Alemania como aplicación a la resolución del problema de las dataciones medievales con roble. Una diferencia notable con EE.UU. será el tipo de especies utilizadas y su distinta sensitividad a causa del clima templado europeo. La especie de referencia en Europa es el roble, madera utilizada desde la Prehistoria en la construcción y en distintas aplicaciones artísticas. La distinta respuesta del roble a los factores climáticos forzó una serie de rectificaciones en el método de Douglass: mientras que el clima árido del Sur de EE.UU. provocaba en los árboles respuestas extremas que se manifestaban en las dimensiones de un solo anillo (en un año concreto), el clima europeo, más temperado, producía variaciones que debían ser observadas en la tendencia de un conjunto de anillos.

 

Hoy en día, en la mayor parte de los países europeos existen laboratorios dendrocronológicos que, bien de forma privada o asociados a universidades u otras instituciones, realizan investigaciones tanto alrededor de las dataciones dendrocronológicas como en otros campos como la dendroclimatología o la dendroecología. En países como Irlanda, se disponen de curvas para el roble de más de 10.000 años.

 

Volver